Igual que cuando una pieza encaja con otra y se crea una estructura sólida, el juego infantil facilita un buen crecimiento del niño y que adquiera conocimientos. El juego es la nuestra manera innata para conocer y de aprender. Igual que la curiosidad, que nos genera atención y aprendizaje. Los maestros aprovechan la naturaleza curiosa de los niños para llevarlos en el camino del proceso de aprendizaje. Así lo explica la directora pedagógica de Edbuilding, de Sant Cugat del Vallès.
Durante los primeros años de vida se producen un número muy importantes de aprendizajes. A través del juego, a cualquier edad, se desarrollan habilidades socioemocionales, afrontamos retos, ejercitamos la creatividad, nos socializamos y ponemos en práctica habilidades comunicativas, y aveces también habilidades motoras. Cuando jugamos, las hormonas del estrés disminuyen, dejamos de lado preocupaciones y nuestro cerebro genera oxitocina, la hormona del placer, dopamina la hormona de la motivación, serotonina la hormona que se encarga de la regulación emocional y endorfinas que son las hormonas de la felicidad. ¿Puede haber una mejor manera para el aprendizaje?
Construimos la personalidad
El prestigioso creador de juegos de mesa Toni Serradesanferm responde a partir de su experiencia como padre, que de maner muy habitual ha introducido el juego de mesa en el tiempo libre familiar, además de ser jugador y autor de juegos. La lista de beneficios es interminable: refuerzo de las relaciones sociales, aprender a perder, aprender a ganar, estimular la creatividad y la imaginación, enriquecer la expresión oral, desarrollar el pensamiento lógico, mejorar la concentración y la capacidad de reacción, trabajar el pensamiento abstracto, saber adaptarse al entorno, aprender a trabajar en equipo, etc.
Desde su punto de vista, el juego, crea un marco pseudoreal donde el niño puede experimentar de una manera que en realidad es totalmente imposible. Esta vivencia paralela es tan fuerte que el aprendizaje que se establece es una base muy sólida sobre la cual construirá su personalidad, dice.
Refuerzo del vinculo
Jugando con nuestros hijos, o con nuestros alumnos, favorecemos el vínculo, hay que recordar como es de importante la emoción para el aprendizaje y la memoria. Jugando generamos espacios de auto conocimiento, de regulación y de compartir. Jugamos, nos lo pasamos bien y aprendemos compartiendo, solo así construiremos juntos la sociedad que soñamos, anima Noemí Royes.
El juego simbólico, el niño se acostumbra a crear espontáneamente sus experiencias, ya que surge de su interés imitar lo que le envuelve. Pero en el juego reglado el niño requiere la guía de los adultos. Esto implica un esfuerzo para los padres y requiere trabajo y dedicación, de la misma manera que dedicamos tiempo a enseñarles a caminar o a comer, dice el experto.
Por lo tanto, Serradesanferm lo tiene claro: "El juego es la mejor herramienta que tenemos los padres para formar y crear la personalidad de nuestros hijos. Nadie lo podrá hacer mejor que nosotros, pero, además, es tan importante que no podemos permitir dejarlo en manos de otros. Saber jugar les enseñara a vivir. Les dará las herramientas y los recursos que necesitaran a medida que se hagan grandes". El creador de juegos argumenta que "aprender no consiste solo en asimilar conocimientos, y aún menos hoy en día, cuando tenemos toda la información al alcance, con Internet. Pero la capacidad de adaptación y la empatía del niño las tendrá que haber desarrollado durante la infancia. Son aprendizajes que no se pueden enseñar, se tienen que vivir en primera persona. El juego crea esta experiencia personal".
Dentro de las rutinas diarias
La psicóloga Sevillana Rocío Rivero acaba de publicar el libro 'Crecer jugando paso a paso', una obra con contenido práctico para potenciar el juego dentro de las rutinas diarias. "El libro enseña a jugar con los niños mientras se les da de comer, se les baña, se les cambia el pañal o de paseo, los elementos que todos tenemos en casa. Los padres o los educadores no tienen que dedicarle un tiempo específico; de lo que se trata es de saber estimular y potenciar el desarrollo mientra se llevan a cabo las labores diarias".
"Este es el truco, porqué la labor de estimulación no resulte pesada o no haya tiempo para hacerla. Hace falta pasarlo bien con los niños en las rutinas mientras ellos aprenden y también se lo passan bien", argumenta. Para Rivero es fundamental que los padres jueguen con sus hijos porqué "aprender es un proceso de la participación, interacción y colaboración, mediante actividad y comunicación con otros". "Las cosas que hacemos diariamente con los niños se convierten en un momento perfecto para enseñar todo jugando y potenciando el desarrollo. Además nosotros podemos estimular la creatividad ofreciendo herramientas para crear" explica.
La psicóloga detalla que el juego constituye un elemento básico en la vida de un infante y que es necesario para su desarrollo porqué mediante el juego los niños buscan, exploran, comparten... "Se conocen a ellos mismos y descubren el mundo poco a poco. Jugar favorece la creatividad, las habilidades físicas, mentales, la cooperación y los hábitos".